Alan es un estudiante universitario de Seattle que trabaja como voluntario en un centro de ayuda. Una noche, estando en la clínica solo, recibe la llamada de una mujer desesperada que necesita hablar con alguien y contarle que ha intentado suicidarse tomando pastillas. Mientras la escucha, Alan se apresura a pedir ayuda sin que la mujer lo sepa. Después de una larga conversación, Alan conoce perfectamente las circunstancias de la vida de esta mujer y las razones que le hacen desear la muerte.